Pere Cervantes nació en Barcelona y se crió a caballo del Poble-sec y el barrio marinero de la Barceloneta. Tras veinticinco años pateando las calles de este país con una placa en su bolsillo y un arma de fuego en su cintura (prefiere no imitar al inspector Méndez, de González Ledesma), afirma disponer de una mirada en modo grabación que le sirve de primera mano para crear sus novelas. En su paso por los Balcanes como miembro de las Naciones Unidas, aprendió que la hostilidad, al margen de etnias y religiones, suele atemperarse con la lectura.
Esta es su tercera novela policíaca después de haber publicado las veneradas No nos dejan ser niños y La mirada de Chapman, ambas en Ediciones B.
Desde el año 2016 es colaborador habitual en la Cadena SER (SER Cat), en «3-14-16: La nit que no s’acaba», y coguionista del largometraje La soledad de las ballenas, del director de cine Rodolfo Carnevale, en la actualidad en fase de preproducción en Argentina.
Una novela que indaga en la pérdida de la verdadera identidad, y sobre la importancia de tener a quien te acoja en una de las esquinas del cuadrilátero de tu vida.
La densidad psicológica de los distintos personajes que la integran servirán de contrapunto a una trama policial hasta la fecha inédita.