Diciembre de 1941. En una fría estación de tren de Mérida, Isabel está a punto de perder todo aquello por lo que ha vivido.
Mayo de 1981. María, una joven y exitosa abogada de Barcelona, debe comparecer ante la justicia de los hombres. Pero eso no le preocupa, está agonizando y no es a ellos a quienes deberá rendir cuentas, sino a su memoria.
¿Qué se puede hacer por amor? ¿Y por odio o sed de venganza? ¿Existe la redención, el perdón o el olvido? ¿Podemos llegar a ser, incluso antes de morir, aquello que una vez soñamos? Isabel y María habrán de enfrentarse a esas preguntas en el curso de sus vidas, tan distintas y, a la vez, semejantes.
En La tristeza del samurái todos los personajes llegarán al borde de sus creencias y de sus fuerzas para descubrir, en una trama sin concesiones ni respiro, que no existen límites cuando se trata de luchar por lo que amamos.