Arthur Rimbaud, a excepción de Una temporada en el infierno, nunca publicó ningún otro libro, aunque sí escribió el Libro pagano o Libro negro, del que nadie, desde 1873, ha sabido nada. El resto de su obra, lo que hoy conocemos como Iluminaciones, poesías y últimos versos y canciones son inventos de la tradición editorial y de sus allegados, especialmente de Paul Verlaine. Rimbaud escribía sus poemas para incluirlos en la correspondencia a los amigos y poetas de la época, o los entregaba en mano.
Como las cuartillas se presentan en su mayoría sin fecha y muchas de ellas sin título, el orden de lectura esperado no existe. En este ensayo, Josep Forment nos propone una nueva forma de leer los escritos de Rimbaud para convertir su lectura en un juego.