Llevamos a Europa a la sala de operaciones y la abrimos en canal. Metemos las manos en la herida y acercamos la luz a los grandes órganos enfermos.
Las novelas de la serie Eladio Monroy se inscriben en el hard boiled más clásico y, al mismo tiempo, resultan absolutamente singulares.
En El desfile de los malditos, Antonio Lozano González recupera a su personaje icónico, el detective melómano José García Gago, para embarcarlo en una novela comprometida y valiente.
La literatura de crímenes, unas historias que han seguido diversos caminos a lo largo de los años, ha configurado un macrogénero que incluye todo tipo de subgéneros y corrientes.
En julio del 2011, los canónigos de la catedral de Santiago de Compostela se dieron cuenta de que faltaba el Códice Calixtino, el manuscrito iluminado del siglo XII.
El dolor por la muerte de un hijo es innombrable y se manifiesta de modos muy distintos. Soledad narra esa doble búsqueda desde la duplicidad constante de voces.
Matar a un hombre es fácil, lo verdaderamente emocionante es conseguir matarlo sin matarlo. Darle muerte en vida.
Solo unos meses después del atentado yihadista de las Ramblas de Barcelona, aparece, el cuerpo sin vida del inspector de la Policía Nacional Santiago Ortuño.
¡Habla, Pepe habla! Queremos que hables. Tú que disertabas, nos hacías reír y te reías igual en grupos pequeños como en grandes escenarios, tu sólo ante centenares de almas.
Eladio Monroy no es policía ni detective. Ni siquiera periodista. Pensionista de la marina, complementa su mísero sueldo con encargos bajo cuerda.